Cuando llegues a casa, o tengas la oportunidad de hacerlo, quítate los zapatos y camina descalzo.
El contacto con el suelo (si puedes hacerlo en tierra, grama, arena o agua mejor) promueve el bienestar general de tus cuerpos físico, mental y espiritual, por el simple hecho de conectarte con el mundo real, la tierra.
Además tus pies lo agradecerán, son la parte del cuerpo que sostiene todo tu peso diariamente, y a la que menos atención se le presta.
Aplica esto diaramente y tu descanso será mucho más efectivo.