La virtualidad nos hace vivir una nueva dimensión del amor, para bien y para mal. Conocerse, interactuar, mantener una relación vía chat, skype, facetime, google hangouts, notas de voz, redes sociales… Experimentar demostraciones de afecto y sexualidad en todas las versiones anteriores así como infidelidades en cualquier formato, nos muestran una nueva manera de vivir las relaciones así como han facilitado nuevas formas para expresar nuestro amor, tanto como para drenar nuestra inseguridad, miedo, agresividad, ansiedad y estrés, con actividades como stalkear.

Stalkear, o una actividad con rasgos obsesivos-compulsivos de revisar perfiles y cuentas de la gente que nos interesa en los diferentes formatos digitales, se ha convertido en una manera de desconectarnos de nosotros mismos y vivir la realidad del otro. Perder el tiempo averiguando la vida de otro no es una evidencia de lo mucho que nos gusta el otro sino del poco amor propio que nos tenemos. Esto no implica que eventualmente sintamos curiosidad por la información que alguien quiera mostrar en la red, pues la curiosidad es sana, el problema es el stalkeo, que es una actividad desgastante que nos hace mucho daño y nos desestabiliza.

Todas las herramientas tecnológicas nos facilitan los vínculos si en la dimensión real se han consolidado. De no ser así, el mundo virtual nos conduce por un laberinto emocional sin salida: estafas, engaños, relaciones de dependencia, promiscuidad y desamor.

El amor de pareja es el amor de pareja, lo escribamos sobre piedra o en una tablet. La tecnología lo único que nos ofrece son vías para expresar, intercambiar y construir una relación, es decir, NO es la relación. Por eso es tan importante no confundir la relación con todas esas actividades virtuales que desarrollamos en la web, que son actividades muchas veces lúdicas, informativas o para mantener el contacto entre los miembros de una pareja, pero que no pueden sustituir el sentir, la construcción de confianza y respeto, el intercambio intelectual, el contacto físico, los placeres de la vida experimentados en conjunto y, mucho menos, el amor.

Celebremos el amor desde el corazón y conectados con nosotros mismos. Si como consecuencia de esto la tecnología nos sirve para expresarlo, le estaremos dando el mejor de los usos para expandir el amor.

Patricia Valderrama

Psicóloga y fundadora de Ecosalud

*Stalkear: vocablo que deriva del uso del verbo stalking, en inglés, el cual se refiere a la acción de acechar, en español.  Es parte de la jerga proveniente de usuarios asiduos a la tecnología digital y su sociodinámica.

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