Es muy común que lleguemos al trabajo sin recordar que hicimos la mitad del camino, leer un escrito y parar en un párrafo porque no recuerdas que decía el anterior… la rutina, el entorno, el ritmo de la vida cada vez parece mecanizarnos más, pero somos nosotros quienes lo permitimos.
Como la vida es para vivirla, lo primero que tenemos que hacer para eso es saber que existimos, esto no sólo nos permitirá ser los verdaderos protagonistas y obreros de nuestros momentos, sino también apoyará a nuestro bienestar. Cuando estamos conscientes de lo que hacemos, estamos conscientes de lo que somos, no hay cabos perdidos, disminuyen los «no entiendo qué pasó», pero sobre todo, conectamos nuestra mente con cada segundo, invertimos nuestra energía y pensamientos en el presente; que es -al fin y al cabo- lo que nos permite soltar el pasado y construir futuro, vivir pues.
Para que comiences a implementar la vida en tus días, Teresa Pereira, una de nuestras psicólogas, recomienda:
- Si nos estamos duchando tratamos de sentir el recorrido del agua en cada parte de nuestro cuerpo, y lo disfrutamos… desde la cabeza hasta los pies. Así conectaremos con la sutileza, la textura y frescura que tiene este elemento.
- Comenzar a poner atención cuando caminamos a todos los sonidos, las ramas de los árboles, las cornetas, los pájaros, nuestras pisadas, sentir la brisa, el calor… cada suceso que ocurra al nuestro alrededor. De esta forma tomaremos mayor responsabilidad de cada paso, y aprenderemos a ver las situaciones en panorámica, dejándonos de enfocar en pensamientos o aspectos que nos desgastan física, mental y emocionalmente.
- Escuchar los latidos de nuestro corazón, la trayectoria de nuestra respiración, cómo nos sentimos cuando nos movemos, incluso las sensaciones desagradables de nuestro cuerpo… sólo así tomaremos seriamente nuestra estructura, estaremos alertas y conscientes de lo que somos físicamente, no sólo para cuidarlo, sino para apreciar el milagro de la vida.
Lo mejor de estos 3 simples ejercicios es que cualquiera puede hacerlo, no hay aprendizaje previo, nosotros decidimos el tiempo y el lugar… así que ¿para qué esperar? ¡hagámoslo!
El propósito de todos estos ejercicios que se dan a continuación es centrarnos, enfocar nuestra atención en estar aquí y ahora, tener y crear nuestra propia realidad a través de nuestra percepción. Aunque sólo sean unos minutos por los que empieces, inténtalo. Somos responsables de nuestro bienestar y el mejor terapeuta para nuestra salud mental.